Hidroterapia en niños con autismo
Ana Lemos
Es importante dedicar las primeras sesiones a la familiarización del paciente con el agua, evitando los movimientos bruscos y el forzarle a entrar en el agua. Se le irá mojando las manos, después los pies; para que vea que no le pasará nada, hablándole con voz suave, intentando crear un ambiente relajado y tranquilo.
En el caso de que el contacto físico no sea muy aceptado,
se utilizarán elementos intermediarios como por ejemplo flotadores, pelotas o cualquier objeto de interés. Las sesiones de hidroterapia deben ser frecuentes, para obtener resultados como la desaparición de las autoagresiones, la capacidad de olvidar las obsesiones, todo esto dentro del agua además de mostrar mucha alegría caminando dentro del agua aunque no le digas nada. Los niños y niñas con dificultades de socialización y comunicación es importante que tengan siempre el mismo monitor.
Esta terapia está basada en el método Halliwick, que tiene como objetivo: crear autonomía e independencia personal, descubrir el medio acuático como medio terapéutico, social, deportivo, control de la respiración, favorecer el desarrollo y/o estimular el sistema neuro-muscular, posibilitar una diversidad de movimientos y desplazamientos en el medio líquido, facilitando la tarea de sujeción corporal, aumentando la independencia y el autovalimiento, entre otros.
¿Cómo se desarrolla esta actividad?
En primer lugar se trabajarán actividades de la vida diaria como higiene personal antes y después de ingresar al natatorio y cambio de ropa en los vestuarios
En segundo lugar el ingreso al agua será sentado en el borde de la piscina, se le tomará desde las escápulas (proximal) avanzando progresivamente hasta las manos (distal) y luego ingreso sin asistencia. Asimismo, se trabajará la respiración con soplos de agua por la boca, soplar un elemento que flote en el agua y provocarle un desplazamiento, crear burbujas, etc. Además, se trabajará movilidad de miembros superiores e inferiores y rotaciones.
Por otro lado, se trabajará también la salida del natatorio. Puede ser con dos personas, una desde afuera del agua y al borde de la piscina, toma los brazos del nadador con previo cruce de sus propios brazos; el asistente desde el agua va a empujar, levantar y rotar la cadera del nadador en movimiento coordinado para poder sentarlo en el borde de la pileta; al mismo tiempo el asistente desde afuera levanta el nadador descruzando los brazos regresándolos a su posición normal, una vez logrado esto solo resta subirlo a la silla desde el piso o sin ayuda, para personas que tiene suficiente fuerza en los miembros superiores.
En tercer lugar también sirve para fomentar la vida social, ya que se podrá ir integrando a la terapia diferentes familiares para acompañarlos, además de la integración con otros dentro y fuera del agua.
Ana Lemos es Logopeda